Tomates cultivo

Como cultivar tomates en sus huertos caseros


Semillero de tomates. Autor de la foto desconocido.

El propósito de www.huertocaseror.com es prepararle a usted, para que pueda producir sus alimentos. De manera, que de surgir cualquier necesidad o emergencia, usted se encuentre listo y preparado para cubrir la demanda de alimentos de su familia y seres queridos, sin la necesidad o dependencia de insumos externos. Si no con lo aquí aprendido, y con lo que usted pueda producir en su patio o huerto casero.    
Como de costumbre y para que vaya visualizando el esquema que vamos a desarrollar durante la enseñanza de hoy, a continuación le presentamos los pasos o procesos, que más adelante estaremos detallando:
·    PRIMERO: aprenderá cual es la semilla del tomate y como debe seleccionarla.
·    SEGUNDO: conocerá, como preparar la tierra para el cultivo del tomate.
·    TERCERO: manera de trasplante y algunas especificaciones.
·    CUARTO: como suministrar el agua adecuadamente.
·    QUINTO: explicaremos cuando y como se debe cosechar el tomate.

COMENCEMOS
I. ¿CUÁL ES LA SEMILLA DEL TOMATE Y COMO DEBE SELECCIONARLA?

  • La semilla del tomate son las pepas (semillas) que se encuentran en el interior de un tomate.
  • Para recolectar semillas es recomendable seleccionar tomates grandes, saludables y maduros, pues como hemos mencionado en ocasiones pasadas, existe un 90% de posibilidad, de que según es el fruto que tomamos las semillas, así será la mayoría de los frutos de la futura plantación.
  • Permita que las semillas se sequen en un lugar fresco y sin humedad durante 3 días.
  • No exponga las semillas directamente al Sol.
  • Finalizado los 3 días, guárdelas en una bolsa Zip lock, en la parte de abajo de la nevera, hasta el momento de la siembra.
II. COMO PREPARAR LA TIERRA PARA ESTE CULTIVO Y OTRAS ESPECIFICACIONES.

  • Seleccione un lugar donde las plantas reciban Sol durante todo el día, o sea 8 horas o más diariamente. A este cultivo le favorecen los días largos de mucho Sol, ya que los mismos son formidables para su desarrollo vegetativo (verano y primavera). Sin embargo, estos días llegan durante los mismos meses, en que hacen aparición la mayoría de las plagas de un huerto, por lo que debemos mantener un buen manejo integrado de plagas.
  • Al cultivo del tomate le gustan los suelos fértiles y drenados, por lo tanto los suelos franco arenosos o arcillosos con arena y abundante materia orgánica son perfectos.
  • Si su suelo retiene mucha agua o se compacta con facilidad, añada un poco de arena de rio. La arena creará espacios entre la arcilla evitando que esta se compacte y acumule exceso de agua.
  • La profundidad de suelo suelto NO debe ser menor de 18 pulgadas. Así que utilizando el pico rompa el suelo y luego rastrille las veces que sea necesario, hasta eliminar toda raíz, piedras o yerbajos. Debe lograr que el suelo adquiera las condiciones físicas adecuadas: suave, drenado y ventilado.
  • El pH ideal para este cultivo fluctúa entre 5.9 y 6.5
  • Como hemos mencionado en ocasiones pasadas, añada al suelo materia orgánica, estiércol o composta y despreocúpese del pH, ya que la materia orgánica, el estiércol o la composta, activarán la vida biológica del suelo, mejorando la capacidad de intercambios químicos, (catiónicos) lo que dará como resultado una mejoría natural en el potencial de hidrógeno del suelo (pH) y en la condición física del mismo.
III. MANERA DE SIEMBRA Y ALGUNAS ESPECIFICACIONES

  • En ocasiones es posible conseguir semillas de estas variedades en las Sub Estaciones Experimental Agrícola de Isabela o Lajas, como en algunos agro centros, que ya venden semillas orgánicas.
  • Recomendamos germinar primero las semillas en un semillero, para luego trasplantar las plántulas al huerto.
  • El trasplante debe realizarse cuando las plantitas o plántulas tengan una altura de 4 a 5 pulgadas.
  • Para el trasplante, haga un hoyo como de unas 6 pulgadas a la redonda por 4 pulgadas de profundidad, luego añada dentro de éste abundante composta.
  • Siembre la plántula, tomando en consideración que el pilote de tierra adherido a su sistema radicular quede totalmente cubierto, pero sin cubrir la parte verde del tallo, ni ninguna de sus hojas.
  • Inmediatamente después y a unas 6 pulgadas retirado de la plántula, clave una estaca de madera de 5 pies de alto. Esta práctica se realiza para amarrar la planta a la estaca y brindar soporte a la misma, según ésta va creciendo, lo que evita que esta se doble. También, para evitar que cuando la planta comience su período de fructificación el peso de los tomates la tire al suelo.
  • La distancia entre una y otra hilera de plantas, debe ser de 2 pies y la distancia entre una y otra planta de igual forma.
Planta de tomates con soporte de bambu. El derecho
de autor de la foto pertenece a: www.spainCenter.org

  • Su desarrollo vegetativo será rápido y las variedades de crecimiento determinado podrán alcanzar una altura entre 3 a 5 pies.
  • Mantenga el área limpia y desyerbada, ya que es una planta muy susceptible a plagas, hongos y bacterias.
    IV. MANERA DE RIEGO

  • Cuando siembre las semillas en el semillero, mantenga el mismo totalmente al Sol. Y riegue de 3 a 4 veces durante el día, recuerde que la adsorción de agua por parte de las semillas y las altas temperaturas provocadas por el Sol, promoverán una pronta germinación.
  • Luego de germinadas y mientras las plantas solo cuentan con su primer par de hojas, (cotiledones) colóquelas en un lugar donde solo reciban entre 4 o 5 horas de Sol diarias. Durante este periodo es importante regarlas al menos 2 veces al día.
  • Ya desarrollado su tercer par de hojas verdaderas, riéguelas solo en la mañana.
  • Luego del trasplante y durante su desarrollo vegetativo, riegue la planta con mayor cantidad de agua, pero siempre en la raíz, nunca en las hojas o en sus flores.
  • NUNCA debe faltar el agua, sin embargo no debe haber acumulación de ésta en el terreno, por lo que es necesario establecer previo a la siembra un buen sistema de drenaje.
V. TIEMPO PARA LA COSECHA Y MANERA DE COSECHAR

  • Entre los 65 y 100 después del trasplante comenzará la cosecha, según la variedad cultivada.
  • Se recomienda cosechar pintones o sea ni verdes ni maduros y dejar que se maduren en la casa. Esta recomendación se realiza con el propósito de evitar que las plagas se adelanten a la cosecha.

Tomatera, la reina de los cultivos caseros

Sus muchas prestaciones culinarias y fácil cuidado explican su enorme éxito. Las tomateras son uno de los cultivos veraniegos más apreciados por los horticultores, probablemente porque se trata de plantas de gran vitalidad. Ahora bien, necesitan temperaturas ambientales altas, ya que no se desarrollan si por la noche el termómetro baja de los 10 ºC o si la tierra no se calienta lo suficiente durante el día. Texto y fotos: Mariano Bueno
Exi+sten tomates de todos los colores, formas y tamaños, por lo que resulta casi imposible referenciarlos todos. Además, como continuamente se están produciendo hibridaciones espontáneas o provocadas, cada año aparecen nuevos tipos. Básicamente, podemos agruparlos en tomates de variedades para ensalada –normalmente grandes, planos, redondos y de carne dura, pero jugosa–; tomates para sopas y sofritos –más tiernos y acuosos que los de ensalada–; tomates de colgar –variedades mediterráneas que se cosechan en verano y se guardan frescos durante el otoño e invierno–; variedades de tomatitos minúsculos –tipo cherry– y variedades alargadas o en forma de pera para hacer conservas.
En el huerto familiar, en el balcón o en la terraza, nos bastará con cultivar de cuatro a ocho matas de tomate para cubrir la demanda de consumo. Una opción interesante consiste en cultivar una o dos matas de las variedades de tomates que más nos gusten, ya que una tomatera bien cultivada puede producir entre cuatro y diez kilos de tomates.
Para su cultivo, le buscaremos lugares resguardados y lo más soleados posible, aunque en pleno verano les favorece un ligero sombreado con malla plástica. De ese modo se evita que les debiliten los rayos ultravioleta y desarrollen virosis que acaben secando las matas.
Los tomates son plantas muy exigentes en nutrientes y prefieren tierras profundas, frescas, bien aireadas y ricas en humus. Normalmente, se recomienda realizar estercoladuras y copiosos abonos de fondo, pero nuestra experiencia nos muestra que dicha práctica propicia la aparición de parásitos y enfermedades criptogámicas. Las plantas se desarrollan mejor y sin apenas problemas si en vez de mezclar el compost o el estiércol con la tierra y cultivarlas en surcos y a tierra desnuda, depositamos sobre la tierra o el sustrato de las macetas de tres a seis kilos de compost por metro cuadrado (unos dos kilos por mata). Sobre el compost, colocamos las mangueras de riego por goteo y, encima, acolchamos con entre cuatro y siete centímetros de paja.
Si las cultivamos con compost en superficie y con acolchados orgánicos, las tomateras contarán con todo lo necesario para un buen desarrollo y no tendremos que prever nuevos aportes de compost ni tareas de desherbado.
Consejos prácticos
Las pocas plantitas que necesitamos en nuestro huerto son relativamente fáciles de conseguir. Basta con sembrar las semillas en recipientes reciclados o en una maceta y trasplantarlas cuando alcancen los 12 o 16 centímetros. Aunque normalmente los tomates se empiezan a sembrar en febrero o marzo, en climas cálidos, podemos realizar una siembra y trasplante en junio o julio para cosechar de principios de otoño hasta bien entrado el invierno si el clima lo permite.
El marco de cultivo más habitual es de unos 40 x 40 centímetros entre matas y, sobre todo, conviene que no les falte el riego, ya que si pasan sed y luego las regamos abundantemente, podrían agrietarse los tomates.
Como las tomateras desarrollan infinidad de ramas en todas direcciones, es necesario podar los brotes apicales, dejando uno o dos brotes centrales para entutorarlos en cañas o palos resistentes.
Aparte de controlar el riego de forma regular, como las tomateras de cultivo ecológico pueden padecer ataques estacionales de pulgón, hay que ser prevenidos y plantar matas de albahaca a sus pies o controlarlos con extractos de ajo, jabón potásico o vapor. También les pueden atacar los hongos en épocas húmedas, sobre todo mildiu. En ese caso utilizaremos diluciones de suero de leche o de yogur. El resto de gusanos los podemos controlar a mano o con Bacillus thuringienesis.
URL: http://www.larevistaintegral.com/?p=2530



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